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Lo que se calla es noticia

18/05/2012

Los partidos firmaron un acuerdo con el Ejecutivo por el cual, básicamente, la voluntad de los políticos tomaba mayor injerencia en el rumbo de la Educación.

Era una medida tímida, formal. Ya al día siguiente, los sindicatos docentes anunciaron distorsión del inicio de clases y así fue. Las clases se iniciaron parcialmente, con conflictos, ocupaciones y movilizaciones. Las autoridades de la enseñanza mostraron lo mal que gestionan el arreglo de los locales y todos demostraron lo poco que les interesa el retaceo de enseñanza a los alumnos de primaria y secundaria. Una alumna del curso Prácticas Profesionales 1 (PP1) le preguntó a la secretaria general de Ademu cómo harían para recuperar las clases. “Apagá el grabador. No me podés preguntar eso, ¿entendés? No me podés preguntar eso”. No, porque no les interesa dar respuesta a eso.

De modo que en los medios se habló mucho de incapacidades, de locales inadecuados, deteriorados, imposibles algunos. El presidente Mujica, que definió a la educación como prioridad de su gestión —por ahora, palabras y no hechos—, terminó reprendiendo a las autoridades de la enseñanza por su poca diligencia en materia de obras pero nadie fue destituido. El gobierno decía que el problema no era tan grande pero se olvidó que en Semana de Turismo el Sindicato Único de la Construcción nunca trabaja. Cuando los sindicatos consideraron que estaba demostrado que son ellos los que mandan, el tema bajó de la agenda informativa y esa fue toda la discusión sobre Educación. Trasnochada, desde un sector político asomó la propuesta de duplicar los horarios de clase, lo cual obtuvo una voz de apoyo desde el oficialismo pero aquello se disolvió sin que siquiera se intentara explicar por qué dos platos iban a hacer apetitosa la sopa.

Las clases de PP1 consisten en que los alumnos trabajen al ritmo de una redacción, y los cuatro docentes involucrados propiciamos el razonar sobre lo que se va encontrando, orientar en su foco y desarrollo, plasmarlo en el estilo y para el medio que se encuentre más adecuado: radio, prensa, internet, a cuenta de más. Encontré un buen semillero de noticias en la falta de continuidad y la negativa a agregar valor a la información que caracteriza a los medios uruguayos; en consecuencia, dirigí mi tarea a orientarlos a encontrar noticias en temas que están ya en la agenda informativa, sin forzarla, mediante la pregunta básica sobre qué es lo que no dice la información y debería decir.

Tocado el tema Educación, la respuesta de dos alumnas fue inmediata y letal: de lo que no se habló, justamente, fue de educación. Y ellas, Patricia Martín y Valentina Rodríguez, se metieron a investigar el tema y descubrieron mucho: que el diagnóstico está hecho y reafirmado desde hace tres o cuatro generaciones, que los efectos de no hacer nada fueron malos y empezaron a ser desastrosos a partir de los ‘60, que siempre hubo problemas locativos, que la cronología de los hechos relevantes en la materia demostraba la marcha hacia el abismo y que en el último cuarto de siglo los sindicatos desarrollaron la técnica del palo en la rueda con la que se lucieron tanto esta vez, y que en definitiva el sistema de educación tiene graves problemas para auto gestionarse. Lo que lograron se despliega en este portal en una nota central y tal vez una decena de subnotas.

En su trabajo ellas dieron voz a los expertos censurados, expulsados de la docencia, raleados de las filas de izquierda a la que siempre pertenecieron, por haber colaborado con los gobiernos de los partidos tradicionales; ellos entendieron que la de educación no era una cuestión ideológica sino de Estado. Y dos voces muy calificadas, que condujeron la educación con gobiernos del Partido Colorado. No es un informe definitivo el que hicieron Martín y Rodríguez pero este docente aspiraba a menos de lo que lograron. Y lo que lograron es pensar con independencia, enfocar el tema sin prejuicios, informar sin importar a quien doliera, sobre un tema de fondo. Obtuvieron así un material que informa y abre espacio a la reflexión, y que hoy se despliega en este portal. A qué más puede aspirar un docente, ¿no?

Leer el informe de Patricia Martín y Valentina Rodríguez: La tiza sin pizarrón.